viernes, 5 de noviembre de 2010

Recuerden, recuerden el Cinco de Noviembre. Conspiración, pólvora y traición. No veo la demora y siempre es la hora de evocarla sin dilación.

Pero, ¿qué ha sido del hombre?. Sé que se llamaba Gail Fox y sé que en 1605 quiso hacer saltar por los aires el Parlamento británico. Pero, ¿quién era realmente?¿como era?.

Nos dicen que recordemos los ideales, no al hombre. Un hombre se puede acabar, pueden detenerle, pueden matarle y pueden olvidarle pero 400 años más tarde, los ideales pueden seguir cambiando el mundo.

Yo he visto con mis propios ojos el poder de los ideales. He visto a la gente matar por ellos y morir por defenderlos. No se puede besar un ideal, ni tocarlo o cazarlo; los ideales no sangrar, no sufren ni tampoco aman.

Pero, no es un ideal lo que yo echo de menos si no un hombre. Un hombre que me hizo recordar el Cinco de Noviembre. Un hombre al que jamás olvidaré.




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